Con la recien acabada cumbre de Lima sobre el cambio climático (la cumbre del clima en Lima, suena a chiste) , nos hemos quedado como estábamos. Dicen que al final se logró un «acuerdo de mínimos»: en este caso los mínimos no son, ni medianamente, lo deseables que deberían ser a estas alturas de la «película».
En unos pocos años la temperatura del planeta ha subido 0.68º centrigrados, y va en aumento. Ya nadie niega que estamos sufriendo un calentamiento global, y que el principal causante de ello son los altos niveles de CO2 de nuestra atmósfera. Nos enfrentamos a una situación jamás vivida por el ser humano. Y, a pesar de ello, todavía no nos queremos dar por enterados, o, al menos, la clase política dirigente, que se empeña en mirar hacia otro lado y atender otros intereses.
Algo tiene que cambiar en la mentalidad política del planeta para empezar a tomar medidas al respecto, o, probablemente, no lleguemos ni a tener la oportunidad (de ciencia ficción, pero presente en el imaginario futuro de algunos científicos) de descubrir otro planeta apto para ser colonizado y explotado.
La cumbre de París 2015, (que aspira a sustituir, y superar, el «protoculo» de Kioto) espera.
Es para estar preocupados. 😦